EDWARD G. ROBINSON

 

 

Edward G. Robinson (de nombre real Emmanuel Goldenberg), nació en Bucarest (Rumanía) el 12 de diciembre de 1893.



A la edad de 10 años su familia se trasladó a Nueva York y desde muy joven se interesó por el mundo de la interpretación (aunque sus primeras intenciones eran convertirse en abogado o en rabino). Ganó una beca para estudiar en la American Academy of Dramatic Arts y logró debutar en Broadway en el año 1915. En esa época cambió su nombre por el de Edward G. Robinson. Lo de G. procedía de la inicial de su verdadero apellido. Su comienzo en el cine se produjo en el período mudo al aparecer en la película The bright shawl (1923), un filme que dirigió John S. Robertson. Esta fue su única participación en la dorada etapa muda, pues en breve regresó al mundo del teatro, en donde su trabajo resultó muy prolífico. Esta proliferación interpretativa también se traspasó a la pantalla grande, a la que regresó en el año 1929 para intervenir en The hole in the wall (1929), una película dirigida por Robert Florey.



El papel que le llevó a la fama fue el del gángster Rico Bandello en Hampa dorada (1930), un filme de Mervyn LeRoy. Su magnífica caracterización como mafioso y su aspecto físico le tipificaron en este tipo de papeles, especialmente en la década de los 30. Sus películas más destacadas del decenio citado son Sed de escándalo (1931), de nuevo dirigido por el infravalorado Mervyn LeRoy, El hacha justiciera (1932) de William Wellman, Pasto de tiburones (1932) de Howard Hawks, Pasaporte a la fama (1935) de John Ford, Balas o votos (1936) de William Keighley, Kid Galahad (1937) de Michael Curtiz o la comedia dirigida por Lloyd Bacon A slight case of murder (1938). En 1927 Robinson se casó con la actriz Gladys Lloyd (nacida en 1895), con quien compartió créditos en las películas Hampa dorada (1930), Sed de escándalo (1931), Dinero fácil (1931), El hacha justiciera (1932) y Dos segundos (1932). La pareja se rompió en el año 1956.



En los años 40 Robinson diversificó más sus personajes y se convirtió en uno de los más importantes actores de la época. Los títulos más destacados de este fenomenal período, el mejor de su carrera, son La bala mágica (1940) de William Dieterle, El lobo de mar (1941) de Michael Curtiz, Seis destinos (1942) de Julien Duvivier, Al margen de la vida (1943), también dirigida por Duvivier, La mujer del cuadro (1944), película "noir" de Fritz Lang que le emparejó por primera vez con Joan Bennett, Perdición (1944), filme negro de Billy Wilder, basado en una novela de James M. Cain, en el que Edward es un miembro de una compañía de seguros que investiga la muerte del marido de Barbara Stanwyck, Perversidad (1945), otra cinta negra de Lang de nuevo con Edward al lado de Joan Bennett, El sol sale mañana (1945) de Roy Rowland.



El extraño (1946), filme de Orson Welles con Loretta Young en el que Robinson es un inspector en busca de criminales nazis, La casa roja (1947) intriga psicológica de ambiente rural con dirección de Delmer Daves basada en una novela de George Agnew Chamberlain, Cayo Largo (1948), cine negro de John Huston en el que interpretó el personaje de Johnny Rocco junto a Humphrey Bogart y Lauren Bacall, y Odio entre hermanos (1949), uno de los mejores y menos conocidos títulos de Joseph L. Mankiewicz. En los años 50, Robinson fue acusado de comunista y tuvo que testificar ante el comité de la tristemente famosa Caza de Brujas. También el divorcio con su mujer le provocó la pérdida de muchas y preciadas obras de arte (era un excelente conocedor del arte pictórico y un contumaz coleccionista de cuadros). Su hijo, el futuro actor Edward G. Robinson Jr. (llamado Manny familiarmente), padeció problemas psicológicos e intentó suicidarse en varias ocasiones. 



A pesar de los contratiempos, este enorme actor superó las dificultades y brilló en películas importantes como Ensayo dramático (1953) de Jack Arnold, Martes negro (1954) de Hugo Fregonese, En un aprieto (Testinonio fatal) (1955) de Phil Karlson o Los diez mandamientos (1956), historia épico-bíblica de Cecil B. De Mille. También regresó al teatro y apareció como invitado en diversas series de televisión. Posteriormente continuó, aunque con menos fecundidad y en títulos más prescindibles, actuando durante los 60 e incluso comienzos de los 70. Sus películas más recomendables de este último período son Dos semanas en otra ciudad (1962) de Vincente Minnelli, El premio (1962) de Mark Robson, El gran combate (1964) de John Ford, Préstame tu marido (1964) de David Swift, El rey del juego (1965) de Norman Jewison o Raquel y sus bribones (1968) con Raquel Welch y dirigido por Ken Annakin.



Aunque parezca mentira, este fenomenal intérprete nunca fue nominado al premio Oscar, pero recibió de manera póstuma una estatuilla honorífica en 1973, año en el que fallecio a causa de un cáncer tras protagonizar la distopía Cuando el destino nos alcance (1973) junto a Charlton Heston. El día de su muerte fue el 26 de enero de 1973. Edward G. Robinson tenía 79 años y dejaba viuda a su segunda esposa, Jane Adler (nacida en 1919, casi treinta años menor que Edward), con quien se había casado en 1958. En 1974 murió su hijo Manny tras sufrir un ataque al corazón. Edward está enterrado en el Cementerio Beth de Ridgewood, Queens, Nueva York.

CARTELES de las películas mencionadas:
































Fuente: alohacriticon.com

Imagen: amazon.com

Carteles películas: imdb.com/filmaffinity.com/todocoleccion.net


Comentarios

Entradas populares de este blog

JOAQUIN PHOENIX

MATT DAMON

DONALD SUTHERLAND

Vistas de página en total