ROBERT RYAN

- enero 31, 2022

Rostro característico del Hollywood de las décadas de los 40 y 50, Robert Ryan nació en la ciudad de Illinois, Chicago (Estados Unidos) el 11 de noviembre del año 1909.

Alto y de porte atlético, el joven Robert destacó en actividades deportivas en su etapa estudiantil, logrando ser campeón de boxeo universitario en la categoría de pesos pesados. Tras graduarse en Literatura en Dartmouth a finales de los años 30, Ryan, que había trabajado en diversas ocupaciones (fue modelo, minero, comercial…) se decidió a estudiar Interpretación en la Max Reinhardt Theatrical Workshop de Hollywood, logrando iniciar su carrera como actor teatral en el año 1939, el mismo año que se casó con su única compañera sentimental, Jessica Cadwalader, actriz a la que conoció en el centro de Max Reinhardt. Un año más tarde comenzó su andadura en el cine gracias a un contrato con la Paramount, apareciendo sin acreditar en Legión de tiradores (1940) de James Hogan, y en El castillo maldito (1940) de George Marshall.

Tras regresar al teatro y luchar en la Segunda Guerra Mundial con los marines, Robert alcanzó la fama gracias a la película Encrucijada de odios (1947), un filme dirigido por Edward Dmytryk. Por su actuación en este film, co-protagonizado por Robert Mitchum, Robert Young y Gloria Grahame, Ryan recibió la única nominación al premio Oscar en toda su larga carrera. La estatuilla al mejor actor secundario de ese año fue para Edmund Gwenn por su interpretación en “De ilusión también se vive”. Las mejores películas en las que intervino Robert Ryan en la parte final de la década de los 40 fueron Callejón sin salida (1947) de John Cromwell, Una mujer en la playa (1947), filme de Jean Renoir co-protagonizado por Joan Bennett, Berlín Exprés (1948) de Jacques Tourneur, Atrapados (1949) de Max Ophüls, y Nadie puede vencerme (1949), una película de Robert Wise en la que Ryan encarnó a un boxeador recordando sus tiempos universitarios como exitoso púgil.

Los años 50 confirmaron la versatilidad interpretativa de este gran actor con títulos como La casa en la sombra (1951) de Nicholas Ray, El soborno (1951), película negra de John Cromwell que enfrentó a Robert, como jefe criminal, con el “policía” Robert Mitchum, Encuentro en la noche (1952) de Fritz Lang, Colorado Jim (1953) de Anthony Mann, Conspiración de silencio (1954) de John Sturges, o La casa de bambú (1955) de Samuel Fuller. Junto a estas apariciones cinematográficas, Ryan no abandonó la escena teatral que tanto amaba, incluso creó el UCLA Theatre Groupe. De ideología liberal, pacifista y progresista, Robert, que nunca participó del glamour hollywoodiense, fundó una escuela privada y fue miembro de grupos como la ACLU (Unión americana de libertades civiles) y el SANE (un comité de control de la política nuclear). En los años 60 expresó sus protestas por el conflicto bélico de Vietnam.

En los decenios de los 60 y 70, Ryan apareció mucho menos en la gran pantalla, pero cuando lo hacía era en películas de peso como Rey de reyes (1961), filme bíblico de Nicholas Ray en el que interpretó a Juan Bautista, La fragata infernal (1962) de Peter Ustinov, las superproducciones bélicas El día más largo (1962) y La batalla de las Ardenas (1965), el excelente western Los profesionales (1966) de Richard Brooks, Doce del patíbulo (1967), aventura bélica de Robert Aldrich, el western Grupo salvaje (1969), obra maestra de Sam Peckinpah en la que interpretó el personaje de Thornton, o su última película, The iceman cometh (1973), filme de John Frankenheimer basado en una obra teatral de Eugene O’Neill con Lee Marvin en el reparto. En el año 1972 su mujer falleció de cáncer. Un año más tarde, el 11 de julio de 1973 y en la ciudad de Nueva York, Ryan también murió por la misma causa. Tenía 63 años de edad. Fue incinerado. Robert tuvo tres hijos: Cheyney, Timothy y Lisa.